Vertemos todos los ingredientes sólidos en el bol del robot. Añadimos la mantequilla fundida a temperatura ambiente y mezclamos con la espátula.
Hacemos un hueco en el centro y añadimos el agua a temperatura ambiente
Ponemos a amasar en el robot con el gancho amasador.
Amasar 6 minutos a velocidad media.
Dejamos levar hasta el doble de su volumen
Una vez la masa levada, hacemos un churro de unos 5 cm de diámetro y separamos en partes iguales.
Podemos dividir en 12 partes de unos 75 g si queremos hacer bretzels tamaño almuerzo o 24 de 35-40 g si queremos mini bretzels para un aperitivo. A mí me gusta pesarlos para controlar que todos sean iguales.
Cogemos una regla o un metro y hacemos un churro de cada uno de ellos de 30 cm o 15 cm según el peso.
Hacemos un primer nudo y anudamos la otra extremidad por debajo para crear un doble nudo.
Colocamos en una bandeja de horno donde previamente hemos colocado una hoja de papel para hornear.
Cubrimos con un trapo limpio y dejamos levar hasta que doblen de volumen.
Precalentamos el horno a 180 °C
Ponemos a hervir agua en una cazuela, cuando hierva añadimos 2 cucharaditas de bicarbonato
Cocemos cada betzel 1-2 minutos (la mitad de tiempo por cada lado). No excedemos de ese tiempo.
Sacamos los bretzels y los colocamos en la misma bandeja de horno con papel.
Los bretzels tendrán una textura chiclosa y se habrán hinchado.
Pintamos cada bretzel con una capa de huevo batido
Mezclamos en un bol el pimentón, la cebolla y la sal y espolvoreamos sobre los bretzels previamente pintados para que las especias se peguen al huevo. Seamos generosos en la cantidad de especias de cada bretzel.
Hornear a 180 °C durante 12 minutos
Los bretzels tendrán una textura esponjosa y chiclosa a la vez con una capa externa crujiente.