Precalentamos el horno a 200 °C.
Limpiamos la calabaza despues de partirla por la mitad y quitarles las pipas, salpimentamos y echamos un chorrito de aceite sobre la parte cortada.
Cubrimos una bandeja de horno con papel para hornear y colocamos la calabaza con el corte hacia abajo.
Ponemos la calabaza en el horno durante 50 minutos.
Mientras tanto ponemos un poco de aceite en una sarten y echamos media cucharada de comino. Revolvemos con una cuchara de madera y echamos las espinacas.
Dejamos reducir las espinacas y las removemos para que se mezclen bien con el aceite y el comino y las retiramos a un plato.
En la misma sarten echamos la cebolla cortada en trozos de tamaño medio (2cm) y añadimos la curcuma, el comino, el ajo y la pimienta negra.
Freimos la cebolla hasta que este transparente. Apagamos el fuego.
Mezclamos en la sarten la cebolla, la quinoa, los garbanzos, las espinacas y los arándanos rojos.
Cuando las calabazas esten asadas las vaciamos dejando 2cm de espesor.
Salpimentamos la pulpa y la mezclamos con el resto de los ingredientes añadiendo 3 cucharadas de pimentón de la vera picante.
Rellenamos las calabazas con la mezcla.
Picamos unos anacardos en el vaso de la batidora hasta crear una mezcla con textura de polvo, añadimos la levadura de cerveza y una pizca de sal y seguimos mezclando en el vaso de la batidora durante medio minuto.
Espolvoreamos sobre las calabaza en forma de "queso rallado"
Metemos a gratinar en el horno durante 10 minutos.
Servir caliente.